Hay lugares que son uno y muchos al mismo tiempo.
Espacios que sirven para esa cita romántica que llevas días aguardando y no quieres dejar de esperar por el cosquilleo que te produce en el estómago.
Sitios para reunirte con esos amig@s que son tu familia porque así lo decidiste y contaros pequeñas batallas, grandes batallas.
Puntos para quedar y formalizar esa reunión que aguardas porque supondrá un contrato de evolución en tu vida profesional.
Rincones que sirven simplemente para disfrutar la noche y dejarse llevar con ese alguien especial, amig@s o socios en un club exclusivo como Anónimo, en el sótano del establecimiento.
Todo eso es Fellina.

Le entrada de Fellina
Llegué invitada a conocer el restaurante. Aunque el local no era novedoso para mí: Fellina es la nueva propuesta gastronómica en Madrid del grupo Le Cocó (Le Cocó, El Columpio, Somos Garra) situado en el local donde antes residía Random, que en su día te recomendé.
Nos convocaron para vivir la experiencia de comer sentadas a su mesa, y aquello se convirtió en una reunión agradable de gente con historias distintas que disfrutamos y compartimos el gusto por la buena comida.
El local sigue siendo espectacular, con ese diseño del estudio Madrid in Love. Ahora es más cálido; a los materiales de última línea se ha unido elementos orgánicos y de la tierra, como la cocina que ofrece Fellina: italiana, casera y en cantidades generosas, como la mamma que homenajea el establecimiento de Esteban Arnaiz con su nombre de mujer, como el italiano universal que dijo que la vida es una combinación de magia y pasta llamado Federico Fellini.
En Fellina los productos son cuidados: la burrata, las verduras, la pasta fresca; las presentaciones bonitas para que comiences a comer con la vista. Y los sabores, llenos de origen y placer gustativo.
Puedes comenzar con un spritz italianísimo (ya te comenté que lo había descubierto hace poco) mientras cuentas tu historia y escuchas las ajenas, como hicimos nosotras en esa mesa. Luego pide un vino italiano y comprueba lo deliciosos que son. Mientras tanto mira la carta, imagina pero también pregunta. Y saborea.
Aunque antes de eso habrás tenido que escoger el lugar donde te sentarás según lo que desees vivir. Fellina tiene cuatro espacios, cada uno para la ocasión que quieras. Lo importante es que cada vez que vayas, dependiendo de con quién y dependiendo de lo que te apetezca, tendrás un Fellina diferente. Y eso vale la pena.
Platos:

Burrata con tomate confitado y mermelada de cebolla roja, el toque de la cebolla me encantó

Vitello tonnato

Pizza Margarita y pizza con huevo de codorniz y trufa, riquísímas

Esta pizza me gustó especialmente

Pappardelle con osobuco

Pasta rellena con jabalí

Pannacotta con chocolate y frutos rojos

Cannoli con ricotta. No soy muy de ricotta en postres y estos me encantaron

Tiramisú presentado en cafetera italiana 🙂
Espacios:

La bonita barra de Fellina

Nuestra mesa

Uno de los salones con muchísima luz

Este salón es precioso, un privado
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Fellina
Calle Caracas 21, Madrid
Reservas: 91 410 9250
Precio medio 25-30
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